Es un sistema de alta sensibilidad de detección, aún mayor que los detectores de humo inteligentes. Su principio de funcionamiento es una toma constante de muestreo de aire del ambiente, mediante tubos capilares con orificios calibrados, que recorren la zona protegida.
Este muestreo es analizado por una cámara laser, que mide la cantidad de humo presente en el aire y por comparación, en base a umbrales previamente definidos, determina la existencia, o no de un incendio. Estos sistemas son de identificación de incendios por zona y pueden ser tomados como sistemas periféricos de la central inteligente, reportando a la misma su condición de alarma.